No sé vosotros, pero yo los ataques de risa más tontos los he tenido en un velatorio. Sin querer, ¿eh?
No sé si serían los nervios, o lo inadecuado de reírse en esa situación tan poco cómica, pero oye, de llorar y todo, de esas veces que luego hasta tienes agujetas… Y es que, a veces, la muerte nos guarda momentos surrealistas. Sobre todo si estás en el lado de los vivos, claro.
El caso es que, por muy trascendental que sea y por mucho que nos afecte (spoiler alert: nos llega, queramos o no, a todos), la muerte también es motivo de chiste. Y hasta de podcast.
Como el que hicimos hace unas semanas en plena celebración de las Chulapod de este año en el Restaurante DeMiguel en Tres Cantos donde nos juntamos un nutrido grupo de podcasters para unas sesiones de podcast en directo. Nuestro programa se dedicó a eso tan serio de la muerte, y nos planteamos un montón de dudas trascendentales relacionadas con la muerte y sus circunstancias: como si prefieres ser zombie o fantasma, donde, por cierto, arrasó la «fantasmitud»… Está claro que ser zombie ha cogido muy mala fama. O que ser fantasma se ha vendido mejor durante la historia. O que realmente pinta mejor ser fantasma. El caso es que ante la pregunta que hicimos a nuestros amigos oyentes sobre su preferencia en el destino más allá, creo que no hubo nadie que prefiriera comer sesos frente a otras opciones más etéreas.
La verdad es que no hay color. Ni víscera comparable. Ser fantasma mola infinitamente más. No necesitas comer ni dormir ni nada. Como mucho cambiar de sábana cuando toque, pero los fantasmas modernos ya ni eso.
Y, entre todas, una de mis preguntas preferidas fue, sin duda, si os dejaran elegir, ¿cómo haríais chimpún vosotros?
Yo lo tengo claro. Mi primera opción sería muerta de risa, no tengo mucha duda. Aunque la opción de morir durmiendo tampoco me parece mal. Está entre ambas la cosa.
Y que pongan algo graciosete en mi lápida. Un «Hasta luego, Mariano» por ejemplo.
Para los que tengáis miedo a la muerte, nada mejor que el sentido del humor para poder afrontar algo así tan chungo, como por ejemplo a los imprescindibles Monty Python. Y recordad que cada día 15 volvemos, (salvo que nos pille un mal momento, ya sabéis…)