Pues ya estamos en verano. Y además del bueno, del de 40 grados y «nunca había visto este calor en agosto». Y además de sudar y buscar la sombra, en agosto/verano también pasan otras cosas. Una gran parte de la población se va de vacaciones y el país se paraliza. Los telediarios solo hablan de que hace mucho calor (esto lo podéis comprobar cada día en cualquier canal) y en la tele se ponen muchos refritos y programas de relleno porque la realidad es que casi todos estamos a por uvas.
Y esto, tan nuestro de parar en agosto, ¿también pasa en los podcast?
Pues en general sí. Aunque hay quien se resiste porque hay que reconocer que esto del podcasting es un vicio, los podcast también respetan estas fechas socialmente sagradas y muchos se quedan en reposo hasta septiembre. Lo que provoca la ira de sus seguidores que, aunque también se vayan de vacaciones, también se llevan el móvil y con él sus programas preferidos, que quieren seguir escuchando.
Hay quien prepara programas con antelación y los va dosificando durante este tiempo para satisfacer a sus fans. Hay quien sigue grabando con el sonido del ventilador de fondo, como un estoico guerrero frente al enemigo, mientras el resto de los suyos huye. Hay quien va contracorriente porque tiene las vacaciones en septiembre (eso me recuerda a ese cuñao que te dice que él se las pilla siempre cuando no hay nadie y te guiña el ojo como si ese truco solo se lo supiera él) así que aprovecha que el resto está desaparecido para captar audiencia que busca carne fresca.
Y hay quien dice adiós con la manita en junio y no vuelve hasta septiembre. Y tan pichi oye.
Todo es válido, en realidad. Porque al fin y al cabo, cada podcast tiene su propia filosofía y programa editorial. O ninguno, que también vale.
Y es parte del encanto de este mundo. Que cada uno marca sus normas y sus reglas.
Aquí en Porqué Podcast ya sabéis que no se deja espacio para la improvisación, y que cada día 15 tenéis nuevo programa, llueva o haga un sol de justicia. Y este mes de agosto también lo tendréis, no lo dudéis. Hasta entonces podéis escuchar nuestro último podcast dedicado a los Países Bajos. Programa en el que contamos con la participación de un invitado, Threkk, quien nos contó nada más levantarse cómo es la vida por allí, sus cosas buenas y sus cosas reguleras, y que nos dio muchas ganas de irnos a pasar unos días al menos entre canales, bicis y tulipanes.
Si no habéis escuchado aún este episodio no os lo perdáis:
Y mientras, en este mes de agosto, yo como oyente, sigo escuchando podcast a diario. Aprovecho estos meses para revisitar podcast temáticos (Twin Peaks, en mi caso) y me dedico a buscar todo lo publicado como por ejemplo Los archivos del agente Cooper y Twin Peaks: Entre dos mundos. Es muy buena época porque no se me acumulan podcast en el listado diario al no haber tantas actualizaciones, y así me puedo dedicar a fondo a la obsesión del verano. El año pasado fue Neil Gaiman. El próximo, veremos. Pero lo bueno de los podcast es que sea sobre lo que sea tu obsesión, tienes un podcast sobre ella. Así que la verdad es que, aunque echo de menos mis podcast de cabecera, me viene muy bien este parón estival.
Como podcaster, disfruto y mucho de reposo de micro y auriculares (aunque lo cierto es que algún que otro podcast se me escapa, me puede el vicio) pero cuando un podcast se hace a diario y madrugando, os digo con la mano en el pecho que unas buenas vacaciones ayudan y mucho a recargar las pilas, las neuronas y hasta la voz.
Así que, aún echando de menos la rutina, una servidora dice SI a las vacaciones podcasteras, al descanso estival, a la siesta y al botijo de agua con anís.
Recordad que nos escuchamos el próximo 15 de agosto por estos lares con un programa muy, muy veraniego que espero que disfrutéis tanto como todo el equipo de Porqué Podcast.
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¡Y feliz verano amigos!